XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

Simplemente María*


- Dale mami, dejame ver la novela, total, ya hice toda la tarea para mañana…

( de algún lunes de alguna tarde en la casa de calle Colón)


No me pregunten el título de la telenovela de la tarde a la me refería en esas súplicas casi diarias a mi madre, porque no lo recuerdo, aunque sí estoy segura que no era la Rosa de lejos del Roberto Caride de los ochenta, ése es otro tema. A decir verdad, lo que más esperaba del capítulo de cada día, era la parte en que la actriz argentina Leonor Benedetto se cruzaba con el joven que le gustaba. Si bien olvidé la cara y el nombre del (supongo) carilindo de la tira, tengo sí todavía en mi memoria el hecho de que, justo en ese pedacito de novela, se empezaba a escuchar una música pegadiza y hasta diría empalagosa (que nunca pude olvidar). El punto es que, en la escena que les cuento, a partir del momento en que la monumental Benedetto empezaba a mirar fijamente a su enamorando (o a provocarlo), el volumen del tema iba aumentando. La loba argentina de aquellas épocas comenzaba a bailar, a hablar/le con el lenguaje de su cuerpo al ritmo del Flying/ I thought I'd never learn that flying… El ritual se prolongaba por varios minutos, al tiempo en que yo, en la cocina de mi casa me disponía (también) a bailar, quizás intentando imitar su estética cadencia, acaso procurando responder al asombro que siempre me producía la muestra escénica. Confieso que suelo hoy improvisar performativamente, aunque sin aquella pop, lejana y nostalgiosa canción de Chris de Burgh (Venado Tuerto -Santa Fe-,1948) resonando en mis oídos desde el televisor pero aún con la mismísima piel, en los intervalos de tiempo en el que me siento libre, feliz.


(según dicen, uno de los “lentos” más bailados )


*tenovela de Celia Alcántara (1968), producida por Alejandro Romay, y protagonizada en su versión original por Irma Roy, Alberto Argibay y Rodolfo Salerno

8 comentarios:

Unknown dijo...

uf! esa escena que tan bien describís en tu cocina, se repetía todos los días en el living de la casa de mis padres!!
Creo que era romano el galán de turno.
Y sí, sin dudas fue el lento más bailado, como para no serlo...
Buena vida 2010, pequeña.
MI beso.

MaríaCv dijo...

bien por el dato Ro!, yo no sé por qué tenía en la cabeza a Camero!!! jajajaja, qué antigüedad por favor jajaja.

Muy buen 2010 también para vos Ro, un abrazo amiga, y gracias por poder compartir tus letras.

Daniel Moscugat dijo...

Un muy feliz año para ti también María. Espero poder tener ya más tiempo para leer todo, y teneros en cuenta un poquito más. Besos.

néstor dijo...

Bueno, acá me mataron, lamento no poder aportar ningún dato novelesco. Pero el lento sí ¡cómo no recordarlo! jaja. Me trajo el recuerdo a la nariz (cosa rara) del shampú sedal crema que usaba mi noviecita de aquél entonces, allá por el bajo de San Isidro.

Un beso grande y que termines lindo el año. Y un feliz 2010.

Anónimo dijo...

feliz año nuevo María, un hallazgo llegar acá, me gustó tu blog
Facundo

MaríaCv dijo...

Néstor: ahhh! shampoo sedal crema, inconfundible aroma, por cierto. Disculpá mi ignorancia, pero qué era el bajo de San Isidro?

Que hayas empezado muy bien el año. Un beso.

MaríaCv dijo...

Anónimo: gracias por tu lectura y comentarios. feliz año nuevo también.
Saludos

MaríaCv dijo...

Dani: gracias por tu saludo, pasá cuando quieras y puedas, ningún problema. Saludos