(...) Cuando encontraban una niña, cortaban un pedazo de manguera
azul y se la obsequiaban para que pudiese saltar la manguera. Así en todas las
esquinas se vieron nacer hermosísimas burbujas azules transparentes, con una
niña adentro que parecía una ardilla en su jaula. J.C.
anómala
vos
que de grande seguiste siendo niña
y un día descubrís que significa serlo.
¡Ay, alita sin vaina!
Seguías pegada al dibujo original.
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