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¿Dónde estaba? (Parte II … o del otro lado)*

Foto: Boulevard Oroño



No sentía mi cuerpo mientras volaba. Supongo que esa debía ser la sensación de volatilidad, la que estudié en Física alguna vez respecto a los estados de la materia, o la de la velocidad, que se describe respecto a la luz o a los vientos, solo que en cámara lenta.
Fue en ese instante confuso cuando el tiempo se detuvo. Me encontré aturdida frente a un colchón viejo y gastado que se presentaba ante mí, flotando suavemente en ese lugar que no era un lugar, y que denunciaba las huellas de otras madrugadas de pura pasión y de utopías, mezcladas con tinta seca, cigarrillos y mate amargo. Y estaba allí, doblado y anudado por una sábana blanca hasta el dolor, como esas bolsitas transparentes selladas con un moño celofán brillante, que contienen casi siempre caramelos y chocolates dulces. Me esperaba a mí en el aire, albergando como una alfombra mágica improvisada los llantos mezclados de un terror primitivo a aquel niñito, quien como un ave sin alas todavía, -porque era muy pequeño-, fue arrojado en un acto de amor desesperado y redentor desde la ventana de atrás de aquel piso alto por la mujer de la panza enorme y camisón blanco, esa fría y absurda mañana.
Lo sostuve y abracé con todas mis fuerzas, mientras el colchón se desplegaba a gajos como una flor, hasta desaparecer en el aire. Quedamos suspendidos por unos segundos en ese ambiente enrarecido, gris, con olor a pólvora y sonidos de sirenas y de balas.
- Mamás- dijo la Nidia finalmente.
- Sin más, damos por finalizada la reunión. ¿Alguna pregunta que hacer?, dijo apresurada y tomando su cartera.
Y se fue.

Unos años después, me decidí y comencé a caminar por boulevard Oroño hasta llegar a la esquina de calle Santa Fe, levanté al fin mi mirada hacia lo alto, a aquella ventana alta desde la acera, una mañana fría. Y en el vidrio empañado se dibujaron ojos abiertos.

El edificio de calle Balcarce ya no existe, fue demolido el año pasado por una empresa de construcción y se esté levantando actualmente un moderno complejo habitacional de alta gama.




NOTA:

( …) “Alrededor de las cinco y media de la mañana, rodearon la manzana de bulevar Oroño, Santa Fe, Córdoba y Balcarce.

La idea era penetrar en el edificio de calle Balcarce 742.

Comenzaron las sirenas y algunos disparos.

En el octavo piso estaban Cristina Lucchesi, Juan Pablo Arnolt, Daniel Hugo Cambas, Ana María Teresa Drago y Claudia Omar.

Llegaron carros policiales y se cortó el tránsito a dos cuadras del lugar.

'Los subversivos arrojaron a un niño desde el octavo piso a tierra, presuntivamente hijo de una de las terroristas allí domiciliadas, al que envolvieron en un colchón para tratar de atenuar los efectos del golpe. El niño habría sido rescatado por los efectivos y hospitalizado de inmediato para salvar su vida', sostuvo el cronista del diario 'La Capital', del 2 de enero de 1977.

Tras horas de lucha, María Cristina, Ana María y Claudia se tiraron por el ventanal y murieron de forma instantánea.

A media mañana, Juan Pablo y Daniel fueron muertos.

Fuente: http://www.lafogata.org/04arg/arg7/ar_rosario.htm


* basado en un hecho real y experiencia personal




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